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9.5.11

Oportunidad

Quería escribir sobre el viento pero escribo sobre la muerte.

Es difícil para nosotros, apegados a cuanta cosa aparece, comprender la muerte. Morimos para permitir que otros nazcan. Morimos cuando nuestra energía se ha agotado y cuando nuestra mente aferrada al mundo material, se desconcentra, se desfocaliza y pensando en otra cosa, suelta.

Muerte para unos es oportunidad para otros. No desde ese lugar que acabas de pensar. No hablamos de aprovecharnos de la muerte. Dejemos de lado el pensamiento egoísta. El universo equilibra sabiamente todo lo que sucede y muerte se convierte en oportunidad.

Nunca festejamos la primavera ni el día del estudiante (ambos en Argentina el 21/9) de Tai Chi del Parque hasta que falleció mi suegra el año pasado. Su cumpleaños era el 23 de septiembre y siempre viajábamos para estar con ella el fin de semana siguiente a esa fecha y por consiguiente no había actividades de tai chi.

Su muerte significó para el grupo poder reunirnos y celebrar por primera vez en cinco años que llevamos juntos. Todos mis alumnos nos acompañaron en la tristeza de mi familia y a la vez todos fuimos felices por la reunión que tuvimos ese día.

Hoy tuve la oportunidad de observar nuevamente una situación parecida. Sin ser protagonista, solo testigo, es un gran aprendizaje.

La muerte es cambio, de yang a yin. Para que haya equilibrio, algo yin pasó a yang en el mismo momento. No es celebrar la pérdida o la tristeza de alguien, es simplemente observar la naturaleza de las cosas. Dejar ir para que lo nuevo surja.

Estoy presente en este momento con ustedes, le dije a una alumna – amiga que perdió a su padre. Realmente nada puedo hacer más que estar presente con ella.

Bienvenida y gracias por sumarte, le dije a otra alumna – amiga que ocuparía su lugar en las actividades del próximo fin de semana, para las que ya no había cupo.

El universo en armonía. Una triste, la otra contenta. Una dejando ir, otra tomando una oportunidad. El movimiento, el cambio, la vida…


A mi suegra Chiquita, a Eugenia y su mamá Elina, a Sonia... cada una en su lugar. Gracias.