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12.10.16

La mente selectiva y por qué necesitamos ayuda de otros para sanar…

La mente es energía: neuronas que se conectan unas con otras a través de corrientes eléctricas que generan pensamientos y cogniciones. Para ahorrar energía la mente se predispone a seleccionar lo que le ingresa y lo que almacena. Y para optimizar su funcionamiento, prefiere quedarse con aquello que refuerza lo que ya existe en ella.

Comprender y almacenar percepciones nuevas cuesta mucho y la mente es, de por sí, bastante ahorrativa en sus gastos!

De todo lo que percibimos a través de los sentidos, la mente nos muestra lo que mas rápido procesa (lo que ya conoce o tiene referencias previas) y nosotros conscientemente –o in…– descartamos lo mas complejo o desconocido. Lo “escuchamos” pero no lo procesamos completamente y lo descartamos como si ni siquiera lo hubiéramos oído.

Generamos un auto-bloqueo que nos lleva a no ver, oír o percibir lo que no encaja con lo que ya está en el propio sistema. Un sistema personal e individual que consiste en realidades, creencias, pensamientos, arquetipos emocionales…es decir, una identidad.

Adicionalmente, aunque todos los datos están en la memoria, la mente recuerda también de manera selectiva. Trae al presente aquellos sucesos que refuerzan la realidad que elegimos vivir, una realidad selectiva funcional a la identidad.

¿Cómo hacemos para salir del ciclo selectivo de la mente? Necesitamos un agente externo que nos sacuda.

Otra persona puede ayudarnos a desbloquear el auto-bloqueo. Otra persona va a poder ver otra realidad, otra opción, otra percepción… ¿por qué? Básicamente porque no es YO, está afuera de mi identidad – sistema personal.

Cuando comenzamos un camino de sanación –y todo camino de sanación es de auto-sanación–, la asistencia de otras personas es importante porque nos ayudarán a ver lo que aun no podemos ver  y probablemente aquello por lo cual estamos enfermos (física, mental o emocionalmente).

No es tan fácil descubrir uno mismo y luego liberar el auto-bloqueo. Es posible, pero también es posible contar con otra persona que nos ayude y nos facilite un poco el camino.

El proceso requiere humildad. Humildad para pedir ayuda y humildad para reconocer que la propia identidad está creando una realidad insana y que hay que trabajar conscientemente en modificarla, abriéndose a nuevas percepciones.

Llevamos una experiencia de vida acotada, pequeña. Al expandirla, ampliarla e incorporar posibilidades de realidad, comenzamos a sanar, a madurar, a evolucionar y a despertar!




3.10.16

Transformar






La clase es un lugar en el que tomamos lo propio, lo vemos, aceptamos, sanamos y transformamos. Nadie puede hacer ese proceso por otra persona. Cada uno es responsable de su propio proceso.

En la clase compartimos práctica, colaboración y guía del instructor pero lo propio siegue siendo propio y debemos trabajar con ello, mirándolo, sanándolo, integrándolo.

Que la clase no sea el lugar en donde arrojas todo tu lamento emocional, tu agotamiento y tu queja. No aguantes toda la semana guardando angustia-enojo-desazón para lanzarlo en tu práctica. Usa tu práctica para transformar momento a momento tu densidad en luz, tu aversión en amor, tu enajenación en felicidad.

La luz en tu vida es tu responsabilidad. Tienes herramientas (o apréndelas) para lograrlo y sostener una vida luminosa, amorosa, con cuidado y respeto hacia ti mismo y hacia todos los demás seres.

No delegues semejante PODER.