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16.10.15

Evolución emocional

Mayores niveles de percepción de la realidad requieren mayores niveles de tolerancia, empatía y ecuanimidad.

Ver lo que sucede, ser consciente, puede parecer algo mucho, demasiado a veces, pesado, denso. Surge esa idea de volver atrás, de no ver. Y muchas veces existe la frase “con todo lo que hago, esto me pasa?”.

El camino interior no asegura que mas nada va a pasar. Todo lo contrario, nos lleva a ver todo lo que va sucediendo.

Y no es que los que no ven no sufren.  Todos sufrimos, algunos no ven siquiera el sufrimiento.

Una cierta evolución emocional permite ver el sufrimiento como algo separado del suceso que supuestamente lo causa.


El sufrimiento es algo tan simple: es la resistencia a lo que es. Lo que sucede, sucede. El sufrimiento es nuestra resistencia a lo que sucede. Podemos ver que el sufrimiento es una creación personal, los seres sintientes sufren de distinta manera y por distintos sucesos.

Pueden suceder cosas y no haber sufrimiento, si no hay resistencia.

Aquellos no ven esto, sufren sin ver su sufrimiento, pues creen que es causado por el suceso mismo. No hay sufrimiento separado de la realidad en esos casos. Pero sienten el dolor, inevitablemente. Entonces eliminar o negar la realidad los aparta del sufrimiento y surge una falsa sensación de calma.

La “ventaja” que tienen aquellos que aun no han despertado es que en esa negación olvidan rápido, dejan pasar, sueltan y avanzan, puesto que cuanto mas rápido se mueven en la vida, mas lejos queda el dolor. No saben que volverá, pero por ahora están mejor.

Aquellos que ven la realidad tal cual es y comprenden que es sufrimiento es propio de la mente y no de la vida, tienden a quedarse a medio camino. Tienden a sobre-analizar lo que ven, a veces incluso desde demasiadas perspectivas y así solidifican el sufrimiento y lo hacen perdurar.

Los descubrimientos son un alimento del ego, lo hacen crecer. Cada cosa que logramos observar desde un punto ecuánime es un descubrimiento en la propia vida. El ego quiere quedarse con esa importancia personal que aparece con el descubrimiento. “Eh! Mira lo que vi!!” y lo vamos contando a nuestros amigos…

Falta comprender que la observación misma es la clave. Podemos ver y dejar ir, avanzar simplemente sin sobreactuar. No hace falta comprender todo, hilar todos los hechos, sino mirar este momento y seguir al siguiente.

Sin resistencia y sin estancamiento. Ver por el tiempo justo y luego seguir moviéndose por la vida.