BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

24.11.12

Propuesta


Quisiera que consideres que vale la pena quedarse absolutamente quieto, sentir la tierra bajo los pies, la brisa sobre la piel dejando pasar todo impulso de moverse.

Quisiera que consideres que vale la pena soltar los pensamientos por unos momentos, no para buscar la mente en blanco, sino para saborear en tu cuerpo la misma tierra y la misma brisa que te toca.

Quisiera que consideres que tus emociones no son mas importantes que el canto de los pájaros, el ladrido de los perros o las palabras de las personas.

Quisiera que consideres darle una oportunidad al momento presente, sin intervenir con tus acciones, pensamientos, emociones o palabras. Así tal cual es, es perfecto y tu puedes ser parte de él si te animas.

Quisiera que consideres animarte.

El momento presente es real, todo lo que pasa en tu mente no lo es.

Entiendo que crees que tus pensamientos son muy importantes, pero hasta que no los sueltes un poco no puedes ver que hay otras cosas tan importantes como ellos.

Entiendo que lo que sientes es mucho y fuerte y es muy real, pero sino no sueltas un poco tu apego a sentir todo de manera profunda y fuerte, le quitas oportunidad a tantas otras cosas que se presentan en tu vida e ignoras.

Te propongo unos minutos de silencio y de quietud… unos minutos de conexión con la tierra que te sostiene, ¿te has dado cuenta que la tierra está siempre debajo de ti y es esa resistencia que ella te opone, lo que te sostiene?

Puedes considerar unos minutos de conexión con el cielo? Piensas que el cielo es inalcanzable y por ello no notas que en realidad el cielo te rodea, siempre te contiene y siempre te da su energía, su aire.

Puedes considerar unos minutos con el sol? Con la luna, con las flores? Ten en cuenta lo que hacen por tu vida…

Hay alguien mas allí contigo? Por debajo de todo el ruido, estás tú, el verdadero. Puedes darte al resto de las cosas, así tal cual eres, sin cambiarte ni retacearte? Pues eso que tú eres es lo que necesita el mundo.

No te guardes, no te retacees, no te retengas. Participa en tu momento presente sin hacer, sin pensar, sin intervenir, así la vida fluye y tu con ella, la acompañarás por el camino.



20.11.12

Boxear con nuestras sombras

Por autor anónimo.

“Aquellos que han superado a otros poseen fuerza; aquellos que se han superado a sí mismos poseen fortaleza.” ~ Lao-Tse.


“Una de las cosas más importantes que el tai chi chuan puede enseñarnos es cómo enfrentar nuestros oponente propios, aquellos que viven en lo profundo de nuestra mente subconsciente. Por eso cada mañana me levanto, veo y cuento todos esos oponentes que me visitan en mi forma de tai chi o cruzan mi espada. Y cada noche me alegro de haberlos enfrentado. Algunas veces pienso en los improperios que no pronuncié por debajo de mi respiración cuando cometí un error, y por el contrario, puse mi lengua contra los dientes en el paladar y le di la espalda a las barras de chocolate que miré pero no comí. Y así descubrí porqué los monjes en la antigüedad practicaban tai chi temprano en la mañana.

En nuestras vidas todos tenemos algún tipo de oponente mental, la mayoría de las veces invisible para los demás. Por ejemplo, todos conocemos a una persona que le encanta comer chocolate pero se siente culpable luego de hacerlo. También conocemos aquellas personas que hablan sin parar y que continúan aun sabiendo que nadie las escucha. Ocasionalmente, todos actuamos de la misma manera.

Sólo nosotros mismos podemos ver quiénes son nuestros oponentes en cada momento. Nuestra vida diaria puede verse como una larga forma de tai chi chuan, con un oponente tras otro demostrando sus talentos. A veces ganamos y a veces perdemos cuando no logramos hacer aquello de debíamos hacer. Para vencer a nuestro oponente invisible debemos practicar diligentemente. La próxima vez que nos encontremos con éste, lo venceremos.

Es muy diferente cuando el combate es con un oponente externo. Estos se encuentran ahí en frente nuestro. Los podemos tocar, sentir su presencia aun con los ojos cerrados. Es menos difícil competir con ellos aunque nos hayan dejado moretones y golpes. Es fácil encontrar los puntos débiles de otra persona que probar que uno es el más fuerte. Cuando hacemos esto último sólo demostramos lo débiles que somos internamente, es a lo que se refiere el tai chi cuando habla de no utilizar la fuerza física. El espíritu marcial no se encuentra en combates entre egoístas que desean probar su superioridad frente al otro. Siempre alguien sale perdiendo.

El espíritu marcial real existe cuando tenemos el coraje de enfrentar nuestro oponente invisible y controlarlo. Un ejemplo de una batalla con un oponente interno es decir “este no me va a controlar nunca más, lo conozco y sé lo mal que me siento luego, debo desterrarlo ahora mismo”. Posteriormente nos sentiremos felices al no haber comido las barras de chocolate. Esta es una victoria real porque sabemos que la felicidad viene de comprender una debilidad en nuestra personalidad y corregirla. Hemos logrado levantarnos desde el lodo, ahora podemos brillar y seguir adelante.

Son nuestras ilusiones y apegos aquellos que nos frenan de ver la vida tal como es, a nivel físico y espiritual. Es por ello que al mover al oponente interno fuera de nuestro camino, logramos una mejor perspectiva. Y es así como la espada del tai chi chuan puede cortar definitivamente las ilusiones y permitirnos continuar con nuestro camino.

Conquistar nuestro oponente es de hecho conquistarnos a nosotros mismos recobrando el espacio que habíamos cedido a los malos hábitos. Una vez que estos se fueron, es posible aprender muchas cosas buenas, del pasado, de la familia, de los ancestros. Conquistar nuestro oponente es como soltar aquello que nos ha preocupado durante días, o meses. Eso es lo que en tai chi chuan significa “menos significa más”, donde la práctica pura es invisible. Como un practicante escribió: “La mañana temprano es la primera en ver lo que será visible en el día”.

Y un día, luego de una profunda respiración de energía, nos diremos a nosotros mismos: “Uno por uno reconocí a mis oponentes invisibles y los vencí a todos fácilmente”.”

-----------------------------------
Autor Anónimo
Publicado en “YMAA Newsletter #79”




13.11.12

Navegar hacia uno mismo

Siento una terrible angustia, o miedo, o enojo, o frustración, o impotencia o tristeza, o desolación….

En este momento esa gran emoción inunda toda mi vida. Me siento pequeña, infinitamente apretada y comprimida por esto que siento que me supera. Absolutamente nada mas que dolor, incomodidad y rechazo hacia eso mismo que siento.

Podría escaparme… irme a cocinar, o a correr, o a trabajar, o a charlar con alguien, o a ver tele, o a leer un libro, o a gritarle a alguien, o a hacerme daño. Las vías de escape son tantas…

Pero decido quedarme. Conmigo. En este momento. En este lugar.

Y aquí estoy en este horrible lugar comprimido, oscuro, con feo olor y ruidos molestos que es mi vida en este momento. Aquí estoy.

Respiro: inhalo, exhalo… inhalo, exhalo… inhalo, exhalo.

Realmente es horrible lo que siento, porque no lo entiendo, o no me gusta, o lo rechazo, o me molesta, o me impide seguir, o me demanda frenar, o me implica atenderme, o me implica cambiar, o me implica aceptarlo…. Es horrible y lo único que puedo sentir respecto a lo que siento es rechazo.

Emoción, no te quiero en mi vida!
Pero sigo aquí, conmigo, emocionada. Elijo nuevamente quedarme.

Mientras respiro me recuerdo a mi misma como respirar y elijo estar atenta al aire que entra y sale de mi cuerpo. Cada vez que la horrible emoción que siento me supera, vuelvo a preferir mi respiración. La respiración se convierte en el ancla que me sostiene en este tormentoso mar de emoción amarga.

Respiro y me anclo.

Cada vez que mis pensamientos pesimistas, o negativos, o recuerdos dolorosos, o expectativas irreales o idealizaciones bellas copan mi mente, elijo nuevamente quedarme con mi respiración. Nuevamente mi ancla me salva de navegar a la deriva por la irrealidad de la mente.

Respiro y me anclo.

Con la respiración como compañera este viaje no es tan tormentoso. Y me muevo por lo que me rodea y descubro que no es tan apretado como pensaba y que hay un poco de espacio. Uso mi exhalación para inflar ese espacio y hacerlo mas grande. Concentrada en eso, logro que la compresión que sentía hace algunos momentos, ceda.

Como ya no me aprieta, no es tan doloroso.

Me atrevo a abrir los ojos en lo que creo es un panorama desolador, pero anclada y firme, siguiendo mi respiración descubro que hay otras cosas a mi alrededor que momentos atrás, no creía que fueran posibles. Son cosas simples pero reales. Una taza de café, un escritorio o una cama, una almohada, o el volante de mi auto y mis propias manos.

Está mi cuerpo aquí conmigo, además de mi dolor y mi respiración.

Mi cuerpo es un ancla mas grande. Elijo, otra vez, quedarme aquí conmigo, en mi cuerpo, en este lugar. Descubro que el dolor no ocupa todo mi cuerpo y entonces opto por sentir las partes de mi misma que no duelen tanto o no son tan tormentosas.

Siento mis manos, o mis pies, o mi espalda, o panza, ahí donde respiro, o mi pelo, o mis uñas o mi piel…mi nariz, mis ojos… soy mucho mas que mi dolor. ¡Cuánto mas hay aquí aparte de dolor!

Alrededor mío comienzan a aparecer otras cosas que me doy cuenta, son parte de mi vida. Veo el sol, o el cielo, o la luna, o las estrellas a través de la ventana. Eso es parte de mi vida también. Veo un árbol, o una montaña, o un río o el mar. La tierra y el agua también son parte de mi vida. Escucho a los pájaros, o a los perros, o a las vacas, o a los grillos, o a una canción en la radio, o a una persona hablando lejos. Eso es parte de mi vida también y descubro que todo eso ¡no duele!

Recuerdo lo que soy, quien soy. Recuerdo a mi familia, a mis amigos, a mi casa, a mi trabajo… tal vez algo de eso duele pero me hace dar cuenta que mi vida es amplia y bastante luminosa.

Respiro. Descubro que si abro mis brazos ya no toco los límites de mi espacio. Ahora es amplio, grande, espacioso. Giro a mi alrededor y veo las luces y las sombras. Escucho los sonidos y saboreo los olores que me llegan, algunos ricos, otros aun horribles.

Observo mi  terrible angustia, o miedo, o enojo, o frustración, o impotencia o tristeza, o desolación….

¿Se achicó o yo crecí? No lo sé pero ya no ocupa todo mi ser. Siento que mi vida es mucho mas que eso, y aunque lo llevo conmigo cuando comienzo a moverme, y a veces es una carga pesada, mas pesada es mi ancla, mi respiración, mi cuerpo, que me ayudan a recordar que este espacio es mas amplio de lo que a veces siento

Entonces me quedo con todo eso, con toda mi vida, con la porción dolorosa y además con el sol, y la luna, y las estrellas y el cielo, y los arboles y la tierra, y mi familia y mis amigos, y mi trabajo y mi casa…

Y lo comparto. Este espacio de luz y amplitud que yo tengo y encuentro en medio de mi dolor, lo comparto. Los comparto con todos ustedes que muchas veces que se sienten igual que yo y no saben que hacer. Y los entiendo porque desespera sentirse apretado y comprimido en la oscuridad y sin respuestas. Yo también he estado allí. Así que les doy un poco de mi luz y mi amplitud y no les pido absolutamente nada a cambio.

Respiro y me anclo. Y la luz y el espacio que logro lo comparto con todos los que necesitan luz y espacio en este momento.


Comparte tu espacio y tu luz con otros.
Gracias _/\_





7.11.12

La mente maestra

Por el Maestro Yang, Jwin Ming

La vida puede compararse con caminar en la oscuridad. Nos sentimos inseguros porque no podemos ver el peligro alrededor y tampoco podemos predecir lo que sucederá. Por ello, a veces nos sentimos confundidos, perdidos, con miedo y no sabemos que nos pasará si no encontramos el camino hacia nuestros objetivos.

En el deambular nos podemos encontrar con una luz creada por otra persona que encontró la forma de hacer fuego. Alrededor del fuego podemos vernos entre nosotros y comprender mejor nuestro entorno. Así, seguimos a esta persona iluminada y pronto aprendemos como encender nuestro propio fuego.

Todos poseemos la capacidad de hacer fuego ganándonos los fósforos. Sin embargo, no es sencillo. Para ganar un fósforo debemos conquistarnos a nosotros mismos. Cada vez que conquistamos nuestra pereza y mantenemos la promesa a uno mismo, recibimos como premio un fósforo que nos da la esperanza de luz. Pero el viento sopla fuerte y hace frío en la oscuridad, un solo fósforo es una muy pequeña chance de sobrevivir e iluminar los alrededores.

Aun si el fósforo es una antorcha, tampoco durará mucho. Entonces, para ver mejor, debemos ganar más fósforos. Y no sólo eso, para mantener el fuego vivo debemos buscar madera. Cada vez que encontramos un amigo sincero, es como si encontráramos un pedazo de madera para nuestro fuego. Cuanto más encontremos, más chances tenemos de comenzar una buena fogata.

Muchas personas, debido a su falta de confianza, de coraje o de deseo de conquistarse a si mismos, nunca ganan sus fósforos. Entonces buscan a alguien que ya haya prendido su fuego y así puedan mantenerse calientes. Estas personas necesitan ser guiadas paso a paso. Sin esta guía, continuarán con miedo, confundidas y sin confianza. Muchas de estas personas, incapaces de encontrar alguien que las guíe, se quedan perdidas para siempre.

Ocasionalmente, otras personas, luego de haber encendido el fuego exitosamente, se vuelven egoístas y no quieren compartirlo con otros. Algunos compartirán el fuego aun cuando sea necesario sobreproteger a aquellos que se sienten alrededor del mismo. Por otro lado, muchos iluminados tomarán la oportunidad de abusar de sus seguidores convirtiéndose en los llamados “guías espirituales”. Tristemente, estos se mantienen siempre en un pantano emocional y continúan luchando en la oscuridad aun cuando poseen el fuego para ver. También hay personas que luego de encender su fuego se quedarán en el mismo lugar, en vez de continuar su búsqueda. Están emocionalmente atrapados por la gloria, el orgullo, la riqueza y el poder, y se quedarán quietos hasta el final de sus vidas.

Muy pocas personas llevarán su fuego con ellos y continuarán la búsqueda del camino que los lleva a sus objetivos. Algunas dejarán generosamente algo de su fuego en el camino para que éste brille en la oscuridad y otros lo puedan seguir. Esta clase de caminos iluminados son raros y escasos. Además, si nadie los cuida y pone mas madera en los fuegos, estos se extinguirán y el camino desaparecerá.

Estás perdido en la vida? Confundido, con miedo y desanimado? Te animas a aceptar el desafío de la vida aun cuando estás en la oscuridad y no puedes ver? Aprenderás cómo conquistarte a ti mismo y entonces ganar un fósforo? Este fósforo te dará la posibilidad de encender el fuego hacia el futuro. Podrás construir relaciones con otras personas? Ellas te dirán donde encontrar madera.

Construye tu voluntad. Encuentra un objetivo. Hazte amigos. No dejes que tu fuego se extinga. Si se extingue, tendrás que comenzar de nuevo.

-------------------------------
Artículo original:
The Kung Fu Mind(*)  Por el Maestro Yang, Jwin Ming - YMAA News número 80, diciembre, 2006


(*)El término “kung fu” se utiliza en este caso, no refiriéndose a las artes marciales, sino al significado original del mismo, que literalmente podría traducirse como “desarrollo total” o “maestría”. 



Práctica intensiva de chi kung y meditación

Sábado 10 de noviembre -10 a 17hs.

Un día de chi kung y meditación al aire libre, junto al bosque y el arroyo de Tanti.

La práctica será de armonización de la energía de los pensamientos y las emociones para la alineación de la mente y el corazón y la canalización de la energía del universo a través de uno.
----------------------------------------------------

Lugar: Tanti, complejo Sol de Bach.

Costo: $200 por persona. Atención! si vas con una amiga,  $150 cada una.

Requisitos: confirmar asistencia, imprescindible! Tener movilidad para llegar al lugar.

Qué llevar: reposera o algo donde sentarse, protector solar y gorro, almuerzo tipo vianda y merienda, mate y lo que quieras llevar.

Agenda de la salida:
10 hs. Llegada al lugar.
10.30 hs. Práctica de chi kung y meditación.
12.30 hs. Almuerzo y descanso.
14.30 hs. Práctica de chi kung y meditación.
16.30 hs. Charla y cierre de la práctica.
17.00 hs. Merienda y luego partida.

Consultas y para confirmar asistencia: mthesz@gmail.com – 484 6377 / 156 473 543.

ULTIMO DIA PARA CONFIRMAR: JUEVES 8/11.

1.11.12

Cuando el agua se queda calma



Cuando el alma se queda calma, el fondo también se aquieta.

Cuando el agua se queda calma, la tierra y las partículas que contiene comienzan a descender hacia el fondo. Los remolinos cesan, las olas desaparecen y también el ruido.

El agua puede ser muy ruidosa pero también silenciosa.

Cuando el agua se queda calma, creemos que no fluye, pero si lo hace. Se mueve imperceptiblemente hacia su destino. El agua nunca renuncia, se adapta a todo obstáculo y sigue su camino.

El agua es realmente perseverante, lo logra todo siendo simplemente agua.

Cuando el agua se queda calma, podemos ver a través de ella el resto de la vida que contiene. Quietud no es negativo. Quietud es ver el resto de las cosas aparte de uno.

El agua puede estar muy quieta y apacible o convertirse en un tremendo tsunami. El agua es todas las posibilidades.

Cuando el agua se queda calma, enseña. Nos enseña… si es que buscamos aprender.

Ojalá calmar la mente fuera tan simple como el agua. Si se aquietara, todo el cuerpo se calmaría con ella incluso las emociones. Si se silenciara, reconoceríamos que vivimos en un intenso ruido. Si se focalizara, podría lograr las mayores cosas sin comprometer su esencia. Si se liberara, lograría concebir que todo es posible.

Mente. Agua. Escucha el sonido del agua calmándose dentro de ti.