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2.7.12

El invierno, época de almacenamiento

Durante la primavera, todo crece. Durante su verano, cada cosa encuentra su máximo esplendor, florece. Durante el otoño, todo se seca y decae. Durante el invierno, bajo la tierra, es época de almacenamiento.

Invierno en el hemisferio sur, debemos armonizarnos con esta energía. Debajo de la tierra las semillas se encuentran en un estado latente. Su energía se encuentra almacenada. No hay muerte, sino el estado opuesto del máximo esplendor. Cuando cada cosa alcanza su máxima expresión, para perdurar, se convierte en su opuesto. El invierno es necesario para que haya primavera y luego verano.

Las personas debemos vivir el invierno como tal. Es una época de miedo, porque nos enfrentamos a la muerte. Una muerte oscura y fría. Una muerte que es solo cambio, el paso necesario para un nuevo de ciclo de vida.

Debemos aquietarnos y almacenar nuestra energía en el interior. No es momento de mucha actividad ni tampoco de creación ni de expansión. Todo lo contrario, con el frío nos contraemos, nos quedamos quietos. Pero no debemos llegar a congelarnos, eso tampoco es sano. Debemos prevenir el extremo del frío a través de la práctica del chi kung, el tai chi o el yoga. Estos movimientos nos ayudarán a mantenernos en armonía con la estación.

Durante el invierno merma la iniciativa. Podemos sentir que no nos surge ningún proyecto que emprender. Es propio de esta época. La creatividad se ausenta durante el otoño y el invierno para reaparecer con fuerzas en primavera.

El invierno se relaciona con el sentido de la audición y con los oídos. Es momento se escuchar nuestro interior, oír lo que sucede internamente en nuestro cuerpo y en nuestra mente. El invierno es para meditar. Eso sí, con una buena frazadita alrededor!

Aprovechemos también para escuchar realmente a las otras personas.

La quietud y el conocimiento interior traerán, junto con el frío, sabiduría. Este camino es a veces solitario. Pero en invierno, la soledad es lo propio. Como si estuviéramos aislados por la nieve, cada ser se encuentra con si mismo, distanciado de todos los otros pero a su vez acompañado por la energía del invierno con la que se sintoniza.

“Si hace frío, sé el frío”, dicen los budistas. Si eres el frío entonces no tienes frío. Convertirse en invierno es la mejor manera de pasar el invierno.