BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

22.2.12

Lo inesperado está a la vuelta de la esquina



No sabemos lo que va a pasar. Podemos planificar, podemos suponer, pero lo que realmente luego sucede es siempre una sorpresa. A veces esa sorpresa se ajusta bastante a lo que esperábamos, otras veces, absolutamente no.

¿Cuántas veces quedamos desencajados ante lo que la vida nos presenta?

En los próximos minutos alguien te puede llamar para contarte que murió un ser querido. En los próximos días el médico te puede anunciar que estás enfermo. En los próximos meses te pueden despedir de tu trabajo. En los próximos años te puede dejar tu pareja.

¿Concebimos realmente estas posibilidades? No… y por ello nos sorprenden cuando suceden. Esperamos que siempre esté todo mas o menos bien.

Estos momentos de dificultad, dolor y sufrimiento son duros para todas las personas, sin excepción. Pero ¿qué sucede si conocemos algunas herramientas que nos ayudan a pasar esos momentos con menos dureza?

No podemos esperar a los momentos de crisis para poner en práctica la teoría, eso no saldrá del todo bien. Tenemos que estar preparados de antemano, tener la práctica suficiente para desplegar nuestras herramientas cuando sea necesario. Debemos practicar lo suficiente como para que, ante la muerte sea natural asumirla con despego, para que ante la enfermedad, sea natural asumirla con sabiduría, para que ante cualquier crisis sea posible accionar desde la ecuanimidad, desde el silencio interior, con la confianza de que es posible vivir los momentos duros de otra manera, no solo únicamente a través del sufrimiento.

De todos modos, la dificultad el dolor y el sufrimiento existirán a pesar de todo. No nos engañemos, de ellos no podemos escapar porque son la otra cara de la vida. Pero esos momentos de sufrimiento pueden llegar a ser distintos a como generalmente creemos que deben ser si nos afianzamos en la práctica.

Los pensamientos son una gran fuente de sufrimiento. Si no practicamos el dejarlos pasar a través de la meditación, llenarán nuestros momentos de crisis con ilusiones y negatividades.

La respiración es una fuente de salud, tranquilidad y silencio interior. Si no practicamos previamente, en momentos de agitación y nerviosismo será imposible calmarla.

La atención en el momento presente es la gran capacidad que tenemos para entregarnos a la vida sin cuestionamientos. Si no practicamos la atención en los momentos sencillos, será imposible quedarnos en el aquí y ahora en los momentos de dolor.

La compasión es lo que nos permite ver y acompañar el sufrimiento de otros. Si practicamos la compasión con nosotros mismos y con los otros a través de las acciones simples, podremos ser comprensivos y tolerantes con el dolor propio y de otros.

La concentración es lo que nos permite accionar sin dejarnos distraer, realizando una cosa a la vez, sin apresurarnos, sin anticiparnos. Si no practicamos la concentración con las cosas simples de la vida, imposible será concentrase en planes complejos.

Estas leyendo y comprendes lo que digo. ¿Practicas lo suficiente como para que la práctica te ayude en los momentos difíciles?

Debemos aprovechar los momentos simples en los que la vida es sencilla y ordenada, para practicar. Si tienes la suerte de que hoy tu vida es simple y cómoda, medita un rato, haz tu tai chi o tu yoga (o la práctica que hagas), está atento, respira y aprovecha. De esa manera, más tarde, cuando lo inesperado llegue, no será tan inesperado y no será tan difícil.

Una vez más me encuentro agradeciendo la práctica. Comprendo que nada sucede por que sí. Nadie se muere en la mitad de su vida, nadie se enferma si no debe aprender, nadie pierde si no debe soltar. Hay algo más allá de nuestra percepción que hace que eso suceda y agradezco a la práctica que cada vez más me permite comprender ese “algo”.

Es la comprensión de ese “algo” lo que equilibra el dolor y el sufrimiento.

La decisión es propia. Si tienes los conocimientos y la capacidad de practicar, practica. Si no los tienes, búscalos y comienza. Ahora mismo… o acaso a la vuelta de tu esquina ¿siempre está lo que tu esperas?


Imagen: “Around the Corner” by Nadeem Chughtai.