BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

15.2.08

Practicar desde los sentimientos

Todos los grandes maestros recomiendan practicar a diario. Sea tai chi chuan o qi gong, los beneficios para la salud física y mental, y el bienestar general, sólo llegan a través de la perseverancia y la periodicidad de la práctica.

El maestro Cheng Mang Chin, en su libro “
Instrucciones avanzadas para la forma del tai chi”, titula un capítulo “Eliminar los tres errores”. En éste explica que cuando uno comienza a practicar sin profesor, o sea, en la soledad de una práctica personal, es necesario eliminar los tres errores. El primero es la falta de perseverancia, que nos llevará a la frustración, ya que sin perseverancia los beneficios de la práctica que tal vez inicialmente buscábamos, como el mejoramiento de la salud, no llegarán. El segundo es la codicia, esta cuestión de querer saber todo enseguida. Aprender una forma tras otra, un sistema de qi gong tras otro sólo nos lleva a no aprender nada. El tercer error es la prisa. No debemos apurarnos ya que para saborear la filosofía detrás del arte, para sentir desde los pies hasta la cabeza, necesitamos la lentitud.

Entonces, habiendo aprendido esto, cuando llega ese momento primero en el que tengo la necesidad de practicar tai chi en mi casa, lo primero que pienso es qué hacer. Que movimientos practicar, si la forma, si qi gong… pienso que lo mejor es sentir lo que necesito.

Algunas veces, otras no, tenemos la oportunidad de aprender para que sirve cada movimiento de tai chi o de qi gong. Si nuestro profesor ha profundizado en esos aspectos, mucho mejor. En general los movimientos focalizan su efecto sobre un par de meridianos empalmados gobernados por uno de los cinco elementos. Como por ejemplo, meridianos de pulmón e intestino grueso, elemento metal. No es necesario un gran conocimiento de la medicina china para poder practicar de esta manera, simplemente unos pocos datos no ayudarán a encauzar nuestra práctica. Solo necesitaríamos saber un ejercicio para cada elemento, ya que los elementos son cinco (metal, agua, madera, fuego, tierra), cinco ejercicios nos permitirán comenzar. O aprender los movimientos según los meridianos que en ese caso serían seis (el elemento fuego gobierna cuatro meridianos)

El siguiente paso, que es el más difícil, es tomar consciencia de nuestra propia necesidad y aceptarla. Sin esto, la práctica es inútil. Repetir mecánicamente un ejercicio no tiene sentido, o aunque sea no el sentido del tai chi. Hoy me paro en mi patio e inicio mi práctica. Mientras aflojo mis articulaciones me pregunto, que necesito? Cómo estoy? Estoy triste, entonces voy a hacer hincapié en el movimiento de metal. Estoy enojado, entonces hago hincapié en el movimiento de madera. Parece simple, y de hecho es simple, pero es un gran paso este el de aceptar que necesito ayuda (la mi propia en este caso) para estar mejor. Y si estoy bien? Me siento bien, tengo dicha, entonces aprovecho y practico todo, de manera concentrada disfrutando.

No hacen falta horas diarias de práctica ni el conocimiento de demasiados ejercicios para lograr el objetivo de sentirme mejor, mental, emocional y físicamente. Lo necesario es eliminar los tres errores. Un sólo ejercicio (no necesito más) practicado con perseverancia (todos los días) de manera lenta y concentrada, podrá desbloquear más tensiones que 20 ejercicios mecánicos practicados de vez en cuando.

El tai chi (y el qi gong) no es para cumplir, no hay compromiso en la práctica más que con uno mismo. No puedo engañar diciendo que practico lo que no, porque mi profesor, mis compañeros, se darán cuenta de mi mentira por mi postura, por mi dureza, y en esta mentira el único perjudicado soy yo que me quedo sin los beneficios que buscaba. Pensamos que es engorroso y que nos llevará tiempo, pero unos 20 minutos por día, en cualquier momento, realizando sólo unos pocos movimientos para empezar, es suficiente.

Y así soy sincero conmigo mismo y practico desde lo que siento. No les miento, ni me miento. Y si estoy triste durante trescientos días, tres mil veces realizaré entonces mi movimiento de metal, y al final, la tristeza cederá.



Tai Chi del Parque – Córdoba, Argentina – Instructora Marcela Thesz