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25.12.07

El valor de dar

Del libro “Entre la Ignorancia y la Iluminación” del Maestro Hsing Yun.
Este es mi mensaje de navidad para todos mis lectores. Feliz navidad!



En este mundo, ricos son quienes dan sin retaceos a los demás, y pobres, quienes sólo se benefician a si mismos. En general, es más fácil actuar en beneficio personal que para favorecer a los demás; sin embargo, si no labramos la tierra y sembramos en ella, nunca habrá cosecha. Si no ponemos en práctica la virtud de “dar”, cómo llegaremos a ser ricos?

No obstante, existen dos maneras de dar. El dar positivo es el más maravilloso, ya que contribuye a generar relaciones interpersonales armoniosas. Una sonrisa afectuosa, una palabra que infunda coraje, un elogio auténtico, un pequeño favor o simplemente una cálida demostración de nuestra consideración por los demás no sólo puede embellecer nuestra vida sino purificar la sociedad.

Desde el nacimiento hasta la muerte recibimos permanentemente la benevolencia de algún ser humano: nuestros padres nos brindan su amor y cuidado incondicionales, nuestros maestros nos dan una oportunidad para enriquecer nuestro conocimiento y alcanzar nuestros objetivos. Diferentes clases de personas nos ofrecen condiciones que colaboran con nuestra supervivencia diaria. Es por ello que debemos tomarnos un tiempo para preguntarnos a nosotros mismos de qué manera podemos retribuir a lo que nos han dado. Qué hemos hecho nosotros por nuestra familia y amigos, por la sociedad y el mundo?

Por otro lado, el dar negativo es muy común en la sociedad. Hay personas que infunden preocupación en los demás, les producen disgustos, hacen que se sientan incómodos en determinadas situaciones y les obstaculizan la vida sin percatarse de las verdades universales que dicen “todo lo que va, viene”, y “no debes hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”.

Incluso si nuestro dar es positivo, existen diferentes niveles de ofrenda. Lo más fácil es ofrecer dinero o cosas materiales; un logro mayor sería elogiar a los otros y decirles palabras afectuosas. Pero el don más preciado es dar las enseñanzas de Buda. El dador se beneficiará enormemente y el receptor tomará contacto con la verdad, la confianza en sí mismo, el coraje, la paz y la libertad.

“El hecho de dar en forma incondicional es la virtud más alta y la más difícil de alcanzar”. Como esta forma de dar es la única y verdadera, debemos luchar con todas nuestra fuerzas para desarrollarla cultivando el hábito de dar sin esperar respuesta alguna. Nuestro aprendizaje del dar debe llevarse a cabo con el corazón. A lo largo de nuestra vida, los demás han creado muchas condiciones favorables en nuestro beneficio y debemos retribuirles su benevolencia con el mismo entusiasmo con el que ellos se ocuparon de nosotros. Porque la única manera de poner totalmente en práctica la virtud de dar es estableciendo buenas condiciones y lazos entre los pueblos y sociedades. Cuando damos a los demás, no sólo expresamos nuestra gratitud y reconocimiento, sino que plantamos la semilla que ha de fructificar.


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Entre la Ignorancia y la Iluminación” es la primera entrega de una serie de reflexiones periódicas en las cuales el Maestro Hsing Yun acerca las orientaciones del budismo a situaciones humanas de la vida diaria. Estas reflexiones se publican en el diario “The Merrit Times” de Taiwán desde el 2001 y en la edición norteamericana del mismo luego de ser traducidas al inglés por los sacerdotes del Templo Hsi Lai.

El venerable Maestro Hsing Yun nació en Jiangud, China en 1927. Es el 48° Patriarca de la Escuela Chan, Lin Ji. En 1949 se trasladó a Taiwán promoviendo el budismo humanitario, un budismo que conduce al corazón espiritual como práctica diaria. Es fundador de la orden budista internacional Fo Guang Shan, que enfatiza la cultura, la educación y el servicio.



Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.