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30.5.07

La Catarata

Una alumna me regalo este cuento, que tenía guardado desde hace mucho tiempo ya que lo recibió publicado en “The UNESCO Currier” en septiembre de 1992.

“Uno de los tres grandes filósofos chinos del taoísmo fue Lie Tse, autor del “Clásico de la Perfecta Virtud o Simplicidad y Vacuidad” (Te Chen Ching). Es una colección de anécdotas taoístas, dividida en ocho libros, escrita alrededor del año 300 AC. El cuento a continuación se encuentra en el Libro Segundo. (…)”
Correo de la UNESCOSep/92



Confucio y sus discípulos se hallaban cerca de una catarata. El agua caía por el saliente de una roca y se precipitaba desde una altura de cien metros; allí el río continuaba fluyendo con rapidez a través de una garganta de unos cincuenta kilómetros de longitud. Ni siquiera los peces, las tortugas y los caimanes se atrevían a adentrarse en estas aguas peligrosas.

De repente, vieron a una figura saltar desde lo alto de la catarata al espumante río. Confucio pensó que ese hombre debía estar intentando suicidarse, así que dijo a sus estudiantes que acudieran a las orillas del río y se prepararan para un rescate. Pero cuando se precipitaron a la orilla del río, vieron a alguien que nadaba tranquilamente hacia la ribera. Para su sorpresa, contemplaron cómo el hombre estaba en pie en la parte poco profunda, sacudía el agua de su largo pelo y comenzaba a cantar.

Confucio no podía creer lo que veía, así que se acercó a aquel extraño hombre y le dijo: “Cuando te vi sumergirte desde lo alto de la catarata, pensé que te querías suicidar. Después, cuando te observé nadar disfrutando en estas aguas traicioneras, pensé que eras un fantasma. Pero al acercarme, veo que eres un ser humano. ¿Cómo conseguiste nadar atravesando unas aguas tan peligrosas?”

El hombre de pelo largo respondió: “Yo no tengo ningún método particular de nadar, salvo que cuando estoy en el agua, floto y me hundo con ella; en lugar de intentar forzarme, paso atravesándola. Podría decirse que empecé mi aprendizaje con lo que se me fue dado al nacer, continué con lo que era natural para mí, y lo completé confiando en lo que se supone que debe ser.”

Confucio le rogó: “Dime que es lo que quieres decir.”
El hombre respondió: “Esto quiere decir seguir el curso natural de las cosas. Si hubiera nacido en las montañas, sería natural para mí sentirme cómodo en lo alto de las montañas. Esto es empezar con lo que nos ha sido dado en nacimiento. Si hubiera nacido cerca del mar, sería para mí natural haber crecido jugando en el agua. Esto es continuar con lo que es natural hacer. Cuando hago algo, nunca se me ocurre pensar cómo lo hago. Esto significa confiar en que se supone que debe ser.”

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Les recomiendo el siguiente libro que tiene los cuentos de Lie Tse completos:
Lie-Tse: una guía taoísta sobre el arte de vivir” De Eva Wong - ISBN: 8441417164